Por David Farías

Ella parecía comprender perfectamente lo que implicaba todo aquel día .
Hasta me pareció intuir una bella conspiración en nuestro favor de  todos los factores que ese día no faltaron en la combinación perfecta.
 
Suave y dócil como siempre, pero un poco mas que de costumbre, se dejo desplegar y acomodar sus contornos y pliegues. La brisa perfecta nos acarició cómplice prometiendo compañía y felices momentos. Desde su pose placentera y relajada en un instante tomo tensión y en pocos instantes estuvo lista para darme lo mejor que ella aprendió a brindarme. Presta a detonar mis mas sensibles puntos. Lista a poner en práctica lo que de mi descubrió durante tantos años de buen romance. De perfecta armonía… de relajada convivencia.. Fue su despedida. su digna y gloriosa despedida. debo reconocer que me conmovió; se noto todo el tiempo su esmero y tesón por rendir más de lo que sus cansados días pueden dar.

Realmente dio todo de si, yo lo recibí egoísta y le pedí más y ella lo dio. Fue su gran vuelo, lo demostró su cansado perfil, porque le costaba acomodarse a las exigencias del día, pero cumplió. Y cómo cumplió! Si bien por momentos todas las condiciones parecieron ayudarle un poco, a escondidas, para que pudiera ser o sentirse por lo menos, la mas grande. El viento por mencionar uno de ellos, ese día no quiso intervenir y la dejo ser. Las térmicas fueron amplias y generosas como nunca, llevándonos con sumo cuidado y disimuladamente, haciéndola ver como una gigante capaz de domar esas «fieras salvajes». Hasta no falto el condimento de tensión necesario para sazonar el evento, al mejor estilo de un buen guión de cine, en un momento pareció que nos veníamos abajo, que no encontrábamos nada que nos subiera. Pero no. Cuando nos quedábamos sin aire y sólo a pocos metros del piso, ella hizo una casi imperceptible seña de estabilo y muy leve y mutis, una corriente térmica que nos esperaba detrás de un morro, nos tomo y llevo mas alto que nunca
donde un cóndor joven nos hizo un saludo de gala para dejarnos partir gloriosos al top landing.
 
Si señor esa es una despedida a lo grande. como no podía esperarse menos de mi compañera de viaje. esa amiga de memorables momentos. ese amor inolvidable que desde un rincón de la casa me anima a ir tras nuevos vientos y mejores vuelos. comprensiva. entiende que no la olvidare. MI QUERIDA RELAX. :,,,,)