por Christian Novoa

Tus primeros pasos en térmica podrían demostrarte que: Has terminado pinchado!, cuando las señales daban para un día estupendo, pues no basta que el sol esté presente…..ahora necesitas conocer cuatro aspectos clave para maximizar tu día de vuelo con un poco más de análisis, las posibilidades se gobiernan y no dependen únicamente de la suerte, así como ciertas premisas sencillas te permitirán explotar el día, veamos:

Comprender el ciclo: Despegar al final de un ciclo térmico puede resultar frustrante, podrías arruinar tu día de vuelo, es clave reconocer el inicio de ciclos con la variación de intensidad de viento, adoptando las señales del entorno y de pilotos en vuelo, si la intensidad incrementa sobre la media de velocidad de viento es muy probable que el ciclo se encuentre naciendo, despega cuando al menos tengas dos factores de actividad (intensidad, pilotos en vuelo, aves, focos térmicos activos localizados), una vez en vuelo tu instrumentación o sensación de alertará de la presencia de aire ascendente.

Optimizar el giro: el manejo óptimo del giro se obtiene al anticiparte recorriendo con la mirada la trayectoria del giro. Luego debemos implicar el cuerpo en el pilotaje, para ello podemos ayudarnos cargando el peso e incluso pasando una pierna sobre la otra. En general, se utiliza el freno interior para afinar el giro –cerrando o abriendo más- y el externo para compensar las pequeñas pérdidas de presión. Es fácil comprobar cómo el freno externo debe ir continuamente funcionando como un amortiguador, compensando los pequeños cambios y dinamizando la trayectoria. Esta operación debe convertirse en automática e inconsciente. Normalmente no es necesario inclinar mas de 30º salvo que sea un núcleo muy estrecho y turbulento, allí el ángulo de inicio para el primer 360 será agresivo. Lo ideal es encontrar el compromiso entre el tamaño y fuerza de la ascendencia y la tasa de caída según lo inclinados que estemos. Optimizar el giro implica efectuar los movimientos de cabeceo y alabeo del ala absolutamente necesaria.

Mantenerse en la térmica: Otro factor a tener en cuenta es la deriva ocasionado por el viento. Por poco viento que haya, siempre deformará la térmica con su fuerza. Esto no es algo matemático, en ocasiones una térmica llega a ser tan fuerte que sube derecha hacia arriba venciendo la influencia del viento. Pero lo normal es que se incline y que nosotros tengamos en cuenta esta inclinación a medida que subamos para no perdemos el núcleo.

Entregar inputs adecuados al ala: Hay momentos concretos en los cuales debemos mandar enérgicamente, pero la característica de un buen piloto es la suavidad y progresión en sus comandos y esto es aplicable incluso cuando haya que mandar con fuerza. El parapente hay que sentirlo como una extensión del propio piloto y actuar con suavidad, interactuando con la vela y sintiendo los matices que le transmite para actuar en consecuencia, dale al ala lo necesario para que permanezca en la vertical, evita esos cabeceos agresivos, debes anticiparlos con mando instantáneo, rápido y no mantenido, corriges y luego vuelves a la posición habitual de pilotaje.

Habrá una térmica que te espera, esa primera que nunca olvidarás, esa que te dará un aprendizaje que no cabe en palabras……estas palabras anteriores persiguen apoyar tu sueño de subir más alto, de ir más lejos.

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