Por: Christian Noboa Obando
Comunidad de Vuelo Libre Ibarra

Estás en vuelo, el día luce estupendo para intentar subir, la inestabilidad muy necesaria se manifiesta en movimientos algo más intensos de lo usual, de pronto las bandas se aflojan, el borde de ataque se sacude y el ala colapsa abruptamente….

Podrías describir la experiencia como una película de terror, y lo peor es que podrías actuar como tal, sin conocimiento de causa y reacción, pensando en todo menos en la secuencia de eventos que suceden, halando mandos y líneas sin demasiada consecuencia lógica, es difícil escribir cartas de despedida mientras intentas recobrar configuración..…un caos, verdad?… lo analizas después del susto y te preguntas: cómo puedo reducir mediante pilotaje mi vulnerabilidad a plegadas?

“Los parapentes no pliegan, nosotros los dejamos plegar”, esa es la opinión de Bruce Goldsmith, a primera vista luce como una frase cliché, pero analizando ello en profundidad es completamente cierto: los parapente pliegan como consecuencia de nuestro pilotaje y de nuestras decisiones, el parapente es aerodinámicamente inestable por naturaleza.

En un día inestable, activo, térmico, puedes observar fácilmente la diferencia entre un piloto novato y un piloto experimentado, en las mismas condiciones el piloto novato muy probablemente llevará el ala con movimientos de alabeo, cabeceo, correcciones algo bruscas, tardías, tempranas…mientras el piloto experimentado llevará el ala en completa calma sobre su vertical, cuál es la diferencia?, la condición es la misma!, la respuesta es la aplicación de pilotaje activo: la corrección y anticipación sobre los movimientos y presión del ala, en definitiva el control del ángulo de ataque asociado al pilotaje.

El pilotaje activo es la mejor acción preventiva ante las posibilidades de una plegada, cuando estás en térmica la tensión de control de los mandos van compensando las diferencias de presión entre los planos del ala, y a su vez transmiten una idea de cómo fluye el ala entre la masa de aire inestable.

Tus manos, el pilotaje, la dosificación de mando deben ir continuamente ajustando la presión del ala en concordancia con velocidad, ángulo y trayectoria, la clave es mantener la presión del ala distribuida entre los planos y constante conservando un ángulo de ataque estable, ello demanda pilotaje en mandos y compensación de movimientos del cuerpo sobre el arnés.

Las interacciones entre ascendencia y descendente hacen que en ciertos instantes el borde de ataque sea presionado hacia abajo generando caída de presión y descarga del ala, dicha incidencia puede ser anticipada por el piloto a través de la información de tensión de mandos y bandas, el piloto deberá actuar con decisión sobre los mandos para mantener la presión del borde de ataque hasta salir de la zona de afección, donde volverá a su posición de pilotaje habitual, recuerda que el exceso de mando durante un lapso prolongado puede degenerar en una pérdida, por tanto las correcciones deben ser precisas y temporales, lo necesario y suficiente.

En el plano en que sientas caída de presión: actúa con el mando para que la presión sea compensada, la intensidad de acción la determina el resultado que vas obteniendo, esta acción incrementa el ángulo de ataque por un instante (Figura 1), una vez que la presión se equipara retorna a tu posición habitual de mandos; el dejar que el ángulo de ataque baje demasiado incrementa la susceptibilidad de plegadas; dicha acción de compensación puede ser en ambos mandos (si la pérdida de presión es sobre el centro del borde de ataque), o en el plano en el que sientas descarga.

pilotaje

Todo suena tan simple y fácil, no siempre lo es, la prevención de plegadas no es tan fácil como parece, la práctica es absolutamente necesaria, el pilotaje activo ayuda en suma medida a prevenir los colapsos, esto quiere decir: el ala va estable, sin alabeos ni cabeceos, y esto sucede porque el piloto compensa con el peso de su cuerpo y el mando la totalidad de inestabilidad en la fluimos.

El pilotaje activo/preventivo se podría resumir en:

1) El ala se adelanta, es decir, el ángulo de ataque disminuye: el piloto debe actuar sobre los mandos para incrementar presión en el ala, una vez retoma ángulo de ataque estable los mandos vuelven a la posición de vuelo normal. (Figura 2)

pilotaje activo

2) El ala se retrasa, es decir, el ángulo de ataque aumenta: el piloto debe subir los mandos para proveer velocidad al ala hasta que retome su posición vertical. (Figura 3)

pilotaje

3) Control de presión, cualquier cambio del ángulo de ataque o decremento de presión en el borde de ataque se sentirá en los mandos, la actuación sobre los mandos deberá ser constante para que la distribución de presión en el ala sea uniforme.

4) Los rangos de acción sobre los mandos habitualmente no deberían exceder los 30 cm, habrán casos en los que pudiera ser necesaria una acción instantánea más radical, pero recuerda: es instantánea, no excedas el tiempo ni la intensidad de corrección.

5) La corrección es temporal, es necesario corregir y retornar a la posición habitual, la intensidad de corrección se vuelve segura si no excedes tiempo en la misma, la dosis exacta permitirá que ala vuelva a la vertical sin ningún exceso de retraso o adelanto.

6) Nivelar la carga constantemente en el arnés, desplazando y compensando carga entre los planos del ala.

7) Procura mantener tu mirada en la dirección de vuelo, ante movimientos intensos del ala no está por demás mirar tu borde de ataque para comprender el movimiento.

8) El vuelo eficiente y seguro radica en evitar pérdidas de altura por alabeos y cabeceos innecesarios.

La práctica de control de ala en piso es sumamente útil para comprender el control de presión y la influencia del ángulo de ataque, el conocimiento del punto de pérdida de tu ala es una información extremadamente útil, en un SIV podrás determinarlo en condiciones seguras.

La aplicación de los principios expuestos esperamos te permita incrementar tu seguridad en vuelo, tu objetivo ahora es mantener el ala con la menor cantidad de movimientos sobre tu cabeza….hasta convertirlo en un instinto normal, ahora comprendemos en gran medida que las alas colapsan porque las dejamos colapsar.

Te invitamos a cuestionar lo presente, a investigar en profundidad el pilotaje activo como medida de seguridad y progresión…..felices vuelos!

Comunidad de Vuelo Libre Ibarra