Por Leo Yurman

Es un desafío intentar hacer llevadero un artículo con un título tan aburrido. Así que iremos al grano: La idea es tratar de desandar algunos conceptos que giran alrededor de nuestra actividad.

Intentaremos al menos replantearnos dos enunciados:

  1. El parapente es un deporte extremo.
  2. En el parapente es todo muy relativo.

1) A lo largo de nuestras entrevistas hemos escuchado voces muy autorizadas responder a la pregunta sobre si es o no extremo el parapente, y en algunos casos coinciden y en otros no tanto. En una de las últimas entrevistas, Pablo Kuniss, dice que el parapente no es extremo, que en todo caso el hombre es extremo, y quizás ahí está el punto.

Pero antes de avanzar tendríamos que intentar definir qué es «extremo» primero y ahí es donde todo comienza a teñirse de relativo, ya que para empezar, lo que es extremo para uno no lo es para otro. Por ejemplo: para este editor una pérdida con una vela EN B sobre un lago con la asistencia de un instructor de primera abajo es algo aún sumamente extremo; mientras que Hernán Pitocco quizás podría hacer esa pérdida al mismo tiempo que chatea con su novia y sin despeinarse. Pero lo que intentamos aquí es tratar de obviar un poco las sensaciones personales (sólo un poco porque no podemos dejarlas a todas de lado), y aproximarnos a una idea quizás algo más «objetiva» de cuándo nuestro deporte podría ser extremo y cuando no. Para eso vamos a tratar de dejar de lado también lo fortuito o el azar, aunque ya sabemos que a la suerte hay que ayudarla.

Por ejemplo: Un viaje en auto en ruta puede ser extremo o no dependiendo de las condiciones: del auto, climáticas, del conductor, del tráfico y por supuesto la velocidad.

No es lo mismo hacer 1000 kms, en tramos, descansando, con un buen auto, a una velocidad moderada y con poco tráfico que hacerlos con visibilidad reducida, sin descansar, con mucho tráfico, a alta velocidad y con un auto en malas condiciones de frenado o con los neumáticos en mal estado. Podemos decir entonces y casi sin temor a equivocarnos que un viaje en esas últimas condiciones es un viaje extremo.

En el vuelo ocurre algo similar: a veces están dadas las condiciones para que todo lo bueno que pueda suceder suceda, pero a veces también se presentan las condiciones para que todo lo malo pueda suceder.

Las condiciones: a veces hablamos de condiciones sin pensar en el verdadero significado de la palabra. Condiciones significa requisitos; lo que hace falta para que algo suceda, y eso corre tanto para lo bueno como para lo malo. Condición no es sólo si esa nube que viene es buena o mala; condición es también si nuestra radio está cargada o no. Condición no es sólo si el viento está fuerte para despegar; condición es también si dormí lo suficiente como para poder volar.

Entonces redondeando: lo que hace extremo a nuestro deporte son las condiciones externas e internas en las cuales lo practicamos.

¿Qué incluye esto?

  • Condiciones climáticas (orientación, intensidad, inestabilidad, pronóstico del día)
    Estado del equipo en general (arnés, ala, paracaídas, instrumental (vario, brújula, radio), y hasta agregaría botiquín de primeros auxilios pero no quiero pecar de “pesado”.
  • Tráfico: ya sabemos que una ladera muy congestionada presenta mayores riesgos.
  • Nivel de Pilotaje para esas condiciones y ese equipo.
  • Nivel de conocimiento del lugar y meteorológico para apreciar el entorno y cambios en el microclima
  • Estado físico
  • Estado psíquico

Seguramente hay más pero con eso basta como para abordar la parte del título de esta nota que se refería a “lo relativo de lo extremo”. Sigamos entonces con la segunda parte: “Lo extremo de lo relativo”.

2) ¿A qué nos referimos con ese juego de palabras? Ya definimos de alguna forma lo que sería “extremo”, tratemos de definir ahora que entendemos por “relativo”.

Básicamente relativo consiste en la idea de que no existen verdades universales válidas por fuera de la apreciación de cada uno y que todo puede ser sometido a duda, hasta la relatividad misma. Pero toda definición tiene su golpe bajo y quien a fuego sostiene que todo es relativo puede ser invitado a intentar despegar sin su ala y probar cuán relativamente corto fue su vuelo; pero esa no es la intención de esta parte del artículo; sino mas bien intentar mostrar lo extremo que puede llegar a ser el hecho de relativizar todo en el parapente.

Veamos si algunos ejemplos nos ayudan:

“Para que quiero el paracaídas si acá volamos bajo.”
“Salgo sin radio total volamos por acá cerca.”
“Para que quiero la licencia si vuelo siempre en mi zona.”
«Se la ve lejos a la tormenta, cualquier cosa bajo»
“Yo no necesito un curso siv, vuelo hace mucho.”
“Compito pero en forma segura, si no me gusta no salgo.”
“La vela está bastante vieja pero aún vuela.”
“Anoche tomé bastante pero me siento bien.”
“¿Para que voy a ir a ese curso básico?, ami no me hace falta.”

¿Todos estos enunciados son relativos?: Si, seguramente.
¿Es extremo relativizar estas cuestiones de seguridad?: Absolutamente SI

Hacer extremo o no a este hermoso deporte depende de nosotros mismos.

Ojalá algún día se hable del parapente como un deporte más y que lo único extremo sea la felicidad de cumplir el sueño de volar.

Si te gustó la info, dale "Me gusta" y compartilo !