Por Eduardo Sánchez Granel

Por lo general tenemos una vaga noción que el Niño es mala noticia para el vuelo libre. Mucha lluvia, tormentas más fuertes y repentinas, condiciones más pobres, son algunas de las imágenes que vienen a nuestras cabezas cuando hablamos de este fenómeno. Ahora bien, saber cómo va a estar para volar dentro de 10 días sigue siendo algo más cercano a tirar una ficha en un casino que a poder obtener algún conocimiento más previsible.

Empecemos por entender un poco de qué se trata todo esto y por qué nos afecta.

El bar de Pedro

Supongamos que usualmente desayunamos a las 9 de la mañana, y nos damos un buen desayuno. Algunos días más temprano, otros días más tarde, algunos días licuado de frutas o algo bien potente, otros días clásica infusión con tostadas, pero más o menos mantenemos esa conducta.

Al mediodía, o más cerca de las 14 hs, salimos a almorzar al boliche de la esquina, donde Pedro nos atiende y ya sabe que seguramente pidamos una ensaladita, un sanguchito, algún día un churrasco, pero por lo general livianito con agua mineral y sin postre.

Ahora bien, resulta que este año nos sale una oportunidad de laburo que nos obliga a despertarnos a las 6 de la matina un par de días a la semana. Apurados para salir y llegar a tiempo seguramente tomemos un cafecito rápido, alguna galletita en la mano de camino a la calle, y no mucho más.

De repente un día aparecemos por el boliche de Pedro a las 12:30 en punto, y nos pedimos una milanesa a caballo con fritas, una birra y un helado de postre. Pedro, que tiene menos palabras que monje budista, se asombra pero no pregunta nada. Y nosotros tampoco somos de andar charlando, así que actuamos como si nada y así todo sigue.

Pedro no se enteró de nuestro nuevo laburo y nunca supo lo que desayunamos ni a en qué horario. Pero este año, cada tanto nos ve aparecer bastante más temprano y con un hambre digna de fieras enjauladas. Como muchos otros días seguimos nuestra rutina anterior, Pedro no puede anticiparse y sólo le queda sospechar que si llegamos temprano estaremos hambrientos, aunque ni siquiera puede estar seguro porque cada tanto llegamos temprano sin hambre o tarde hambrientos …

Así es El Niño (y la Niña) con nuestro vuelo. Somos un encargado de bar llamado Pedro, que nos acostumbramos a cierta regularidad de nuestros clientes (temporadas y días de vuelo), pero que de tanto en tanto nos sorprenden con cambios inesperados.

La buena noticia es que los avances en el estudio del clima, nos permiten anticiparnos en algunos meses en detectar la ocurrencia de fenómenos como el del Niño, y por ende poder prepararnos y preveer mejor las consecuencias (entre ellas nuestras decisiones de viajes de vuelo)

El efecto mariposa (recargado)

La idea de conectar desayuno con almuerzo es una metáfora para indicar la interrelación que hay en el clima en el mundo. Cambios que se producen en zonas que pueden estar alejadas de Argentina, pueden generar asimismo cambios en nuestra zona. Muchas de estos cambios se manifiestan por esquemas de circulación: como los vientos se mueven en ciertas direcciones y transportan el calor y la humedad.

Esto que es muy cierto para el clima en general, tiene sus influencias particulares con los fenómenos tipo Niño o Niña.

El Niño, que se origina por pequeños calentamientos anómalos de la superficie del océano pacífico ecuatorial, termina generando zonas de convección (lluvias) donde antes no las había, sequías en lugares donde en otros años hay mayores lluvias, y cambios de vientos.

La repetición de estas nuevas circulaciones, nos muestra tendencias, y en nuestro país las tendencias cuando hay años Niño, están graficadas en el siguiente mapa (anomalía de lluvias):

Fenómeno del niño y su influencia en el parapente

Como vemos en el mismo, para los trimestres Dic-Ene-Feb de veranos “Niños”, es más probable que se den mayores lluvias en la zona litoral principalmente, y en general en la zona centro-este de Argentina.

También es notorio la mayor ausencia de lluvias en zonas como Bariloche.

¿Café solo, cortado, 50 y 50, lágrima, azúcar, edulcorante ?

Ahora bien, esto son sólo promedios históricos, y cada Niño es diferente, por diversos motivos. Se habla de Niños fuertes cuando el aumento de temperatura en el océano es muy importante y Niños débiles cuando apenas supera los límites definidos para determinar una época como Niño. También hay variaciones en dónde exactamente se produce ese mayor calentamiento, y cómo se complementa con otras variables.

Por otro lado hay poca información histórica desde que se empezó a estudiar el fenómeno del Niño. Entonces se puede entender como no hay dos Niños iguales y no es tan fácil de predecir exactamente qué pasará en nuestra zona. Sólo guiarnos por las tendencias generales.

Podemos tener mayor certeza que cualquier Niño de cierta importancia va a traer más lluvias y crecidas de ríos en el litoral argentino. Pero realmente no tenemos tantas seguridades de cómo va a afectar a zonas como Tucumán, La Rioja y las sierras puntanas (zonas más marginales en el mapa de anomalías de lluvias)

Esto es como volar en lugares nuevos. Supongamos que volamos en los alrededores de Bs As. Estamos acostumbrados al paisaje de campos con cuadros de cierto tamaño, trigo con cosecha en diciembre, mucha soja y algo de maíz creciendo en el verano, pueblos cada 20 o 30 km, rutas principales y muchos caminos rurales. Llegamos a conocer cuáles son los vientos habituales, como suelen variar, dónde suelen desprender las térmicas, etc.

Nos vamos de viaje a Lamadrid, y podemos pensar que como también es llano, el vuelo será similar. Y en muchas cosas lo será. Pero resulta que la cosecha de trigo es más tardía, que quizás hay menos soja e incluso menos campo cultivable y más pastura, que los cuadros son mucho más grandes, que los pueblos están más separados y hay menos rutas y menos caminos rurales. Que quizás buscás térmicas en lugares diferentes de donde lo harías en tu lugar habitual, que los vientos pueden ser diferentes.

Y si te vas al oeste pampeano, también llano, pero acá todo desierto y casi sin signos de civilización, las cosas pueden cambiar mucho más. Cada lugar tiene sus secretos

Y por el momento, cada Niño tiene sus características particulares, sus secretos. Todos van a mostrar ciertas tendencias comunes, así como las térmicas y las condiciones de vuelo de lugares diferentes si bien tienen sus secretos, tienen una base común.

Podemos esperar entonces mayores lluvias, o menores lluvias (según en qué parte del país estemos), mayores temperaturas o menores, y también como todo está relacionado, cambios en las direcciones e intensidades de viento habituales. Sobre todo estos cambios de vientos pueden generar condiciones de vuelo diferentes en cada lugar.

Super tormentas y otras sorpresas

Acá es donde tenemos que tomar con mayor cuidado algunos preconceptos que tenemos. La ocurrencia de tormentas severas no tiene relación tan directa con el Niño, sino con la variablilidad propia del clima en general.

El Niño nos da pautas generales. Pero las tormentas más importantes se dan tanto en años Niño, como Niña, como neutrales.

Lo que sí puede suceder, es que por los cambios de circulación de los vientos, en ciertos lugares se generen tormentas favorecidas por esos vientos (porque traen humedad de otras zonas u obligan al aire a ascender). Habrá entonces mayor frecuencia de eventos de lluvias si esas circulaciones se favorecen. Al haber mayor frecuencia de estos eventos, tenemos más chances de toparnos nosotros con alguno.

Pero no hay que descuidarse cuando tengamos años neutrales o Niña. Las tormentas también se pueden formar de manera bastante rápida y ser bastante potentes.

Aprender para entender qué pasa y qué puede pasar.

Observar para detectar qué está pasando.

Consultar para enriquecernos de la experiencia de otros.

Volar para disfrutar del vuelo y para disfrutar luego del suelo.

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