Por David Farías

Sé que lo mío es muy osado… que es imposible poner en palabras tanta confluencia de factores… tanta emoción. Pero voy a intentarlo aunque mi fuerte no sean las palabras escritas…

Me urge experimentar el hecho de sacar de mi interior tanta emoción vivida. Tratar de plasmar, como si se tratara de una instantánea, esos momentos alucinantes de la tarde de ayer.

Ya nos habíamos encontrado en un vuelo previo, cuando nos conocimos en las Sierras de Córdoba, pero lo que había demostrado en esa oportunidad, no significaba nada comparado con el extraordinario desempeño que puso en evidencia la tarde de este domingo 12 de Mayo del 2013. Si bien he tenido jornadas extraordinarias y emocionalmente fuertes, en este caso fue un evento “bisagra”.

Para comenzar, llegue a la montaña gracias a un entrañable amigo que se ofreció a llevarme luego que le conté que por el momento estaba complicado para poder viajar; dado que estaba “crocante de seco” luego de la oportunidad de compra que impuso actuar de inmediato ante la oferta y excelente estado del material volador… Este Guapo amigo no dudó un instante y me saco de casa el domingo por la mañana para ir directo a la rampa y cada uno en su amado aparato de ensoñación despego para disfrutar de eso que solo los iniciados pueden decodificar y comprender.

Espere condiciones que permitieran disfrutar de cada paso y a eso de las 15 hs. “se puso”… Todo parecía complotarse para el lucimiento de “ella”; la temperatura, el viento, la actividad térmica, los amigos voladores de la zona, todos presentes…. Despegamos!!! Luego de varias pasadas por la rampa ya comenzamos de deslumbrarnos por la agilidad de sus movimientos… por el dinamismo de su levitación… Luego fui haciéndome consiente de la precisión del comando que en pocos centímetros le trasmite perfecta dirección a todo el conjunto… Algo de inclinación de cuerpo para ayudar y ella se desliza con gracia siguiendo la trayectoria deseada por el piloto. Es muy notable sus performance… no pasa desapercibida en la sumatoria de detalles de excelente calidad…

Luego vino para mí lo más esperado, comprobar su desempeño con las térmicas potentes de Famatina. Tenía presente lo que un cordobés comentó luego de volar un demo de ese modelo durante 20 días: “*es inquieta al pedo*”. Debía
comprobar por mí mismo que ese modelo daría más sin resignar seguridad en el vuelo. Y así fue que luego de tomar buena altura en la zona de la rampa la guie hacia la zona que conocemos como “las rayadas”, justamente vi a mi
amigo Guapo Rodríguez girando una atérmica que había buscado laboriosamente y finalmente se lo veía centrándola y subiendo a buena tasa de ascenso; puse acelerador a fondo y disfrutando de esa extraordinaria movilidad llegue mucho antes de lo que estaba acostumbrado a la zona. Lamenté que la térmica que mi amigo derivaba hacia el sotavento ya no estaría a mi alcance, pero confié en que si exploraba bien la zona alguna burbuja me
mantendría hasta que se desprendiera algo bien armado…. Busque… busque… y nada, el hermoso planeo que brinda “ella” me permitió ir perdiendo altura muy gradualmente y seguir explorando hasta en el rincón menos conocido de la zona “las rayadas”. Parecía en vano tanta buena vela y la experiencia de años… no había nada que hacer… bajábamos y bajábamos. Puse rumbo al último morro frente al aterrizaje oficial (el de la veleta) y pasando por frente, casi dibujando el contorno por la mitad de su altura, comprobé que no se desprendía nada de nada en esa cara sur-oeste soleada… “Estoy en el horno, tendremos que esperar otra oportunidad, querida amiga…” No terminé de pensarlo y en la cara este del morro, saliendo rumbo al guadal donde aterrizan los ala-delta; a no más de 25 metros del suelo, sentí un leve ascenso de térmica rotosa…

-Ups… que esto? Me vuelvo o no? Mmm… estoy muy bajo, no voy a llegar a la ruta… Mmmm.. mmmbue!! Volvamos!

En las velas anteriores esa maniobra tan bajo, significaba generalmente un amplio giro que solo tocaba la pequeña térmica que recién estaba desprendiéndose y con suerte aterrizaba unos 100 metros más allá de donde estaba pero no más que eso; con la Sigma 8 resultó muy distinto y sorprendente… Giró rápido y en muy poco recorrido… en medio giro ya estaba sobre la burbuja que había anunciado algo de aire caliente ascendente, su diámetro no era mucho más que 20 metros, calculo, pero suficiente para que la vela demuestre que: con buen planeo, gran estabilidad para recorrer los bordes de una térmica rota, un giro cerrado plano perfecto y un dinamismo muy notorio, ya estaba en condiciones de “tejerla al croché” (diría el guapo).

Le pase por un costado, hice varios “ochos” muy bajo sobre terreno plano hasta detectar un sector que me mantenía sin caer… (Estaba a no más de 20 metros del piso) espere girando y moviéndome ágil por esa zona hasta que se
notó que nos empezábamos a elevar lentamente… con paciencia (ella y yo) esperamos y seguimos el “tejido” sistemático de la zona caliente ascendente… Sondeamos y sondeamos hasta que en un giro nos sorprendió aire que subía como un tirón al que la vela respondió “enroscándose” solita en la térmica. Así como lo leen, sorprendentemente la vela se posiciona y gira al ritmo de la térmica casi en piloto automático…. Solo hay que ir en
pilotaje activo dando pequeñas correcciones mientras ella perfila la zona que sube y sube… no exagero!! Es sorprendente como se acomoda y gira dentro de la térmica….

Seguimos girando en un + 1 sostenido que había que seguir concentrado en una deriva muy errática hacia el norte y por momentos hacia el oeste… En un momento miré hacia el norte y sobre el morro de “la térmica del guapo” giraba cerradito un bello cóndor que parecía hacerme un guiño tirándome onda para que lo siga… se ve que me vio tan laborioso con esa térmica que decidió darme una mano… me dejé derivar en la trayectoria donde giraba hacia donde estaba el amigo emplumado y volando muy finito llegue a la cima de ese morro que a esa altura luego de un largo y paciente rato ya estaba a 200 metros sobre el piso. Ya sobre el morro pelado la térmica se sintió más clara y armada para girarla cómodo y a una tasa de ascenso más alta… En pocos minutos estaba a 600 m del piso… mire al Guapo aterrizado listo para comer el asado de unos que esperaban el “Transvelasco” al costado de la ruta 40 y mire para el lado de la rampa que ahora estaba a mi altura unos 3 km de ese lugar… No lo dude, ese vuelo tenía que terminar en un top-landing para ser totalmente memorable. Puse rumbo y al salirme de la térmica… nooooooo!! Me comí una descendente que aunque aceleré a fondo para traspasarla antes del venturi que esta frente a las tetas grandes, había perdido toda la altura ganada… Estaba de nuevo a pocos metros del suelo y a mitad de camino de la rampa… sin viento… sin dinámica que me subiera…ppsssssss!!! Bue… queselevahace!!! Estaba a punto de pegar la vuelta por sobre los serruchitos del fondo de la quebrada… bien debajo de la rampa…esos que no tienen más de 30 metros… y… pip. Pip…pipipipipi…. Se soltó una muy pequeña… pequeñísima térmica… A REPLICAR EL TRABAJO SE DIJO!!! Tejiendo… tejiendo en un rato ya estaba 500 metro arriba… en trayectoria a la rampa!!! LA TERMICA SE FUE HACIENDO POTENTE Y AMPLIA AL
ESTILO FAMATINA!!! Y SABEN PARA DONDE DERIVABA? Para la rampa!!! Si señor!!! Giraba cerrado, derivando y acercándome a la rampa desde abajo a buena velocidad… digamos un +2 sostenido… adrenalina al 100% concentración
total. Todos los factores atendidos en fracciones de milisegundos… esas cosas que solo la mente en el ahora pleno puede hacer y un parapente como el SIGMA 8 te permiten vivir!!!!

Ella y yo fundidos en un vuelo glorioso… pletóricos de gozo y adrenalina!! Llegamos a la altura de rampa y en un giro viento de cola hacia la rampa, ENTRAMOS DERRAPANDO EN UN TOPLANDING INOLVIDABLE!!! GLORIOSO!!!
ALUSINANTE!!!

Así como si nada… ella me posó impecable como un ave en la punta de una ramita y cual si fuera lo más normal del mundo… como si para esas hazañas hubiera sido diseñada… se dejó caer somnolienta sobre la aridez de esa amada rampa de Famatina… «así como si nada»…